Anoche luego de haber estado en un cinema saludando a una amiga tomé el metro, anduve una estación y tomé la micro E-13 que me deja en la esquina del pasaje. Me subí un minuto antes de que partiera (estaba en el terminal). Pasé mi pasescolar por el lector BIP y me fuí derechito para atrás. A veces uno se puede dar ese gustito, mirar los pasajeros de los últimos asientos y fijarse que sus apariencias no sean tan cúmas para que no te cogoteen, aunque ahora te cogotea hasta alguien con terno y corbata, o sea, siempre han robado (políticos, empresarios) pero acá te piden las pocas monedas que andas trayendo y ya. Bien, no había nadie con mala pinta. Estaba en el peldaño de la puerta trasera, el músico de la micro, con su guitarra de palo se presenta "Me llamo Eduardo" dijo con voz gastada. Mientras cantaba (Eduardo) un sobrino o hijo que iba de pié junto a la tía o la madre que iba sentada comienza a corear la cancion de Leo Dan que sonaba en Radio Patrulla, como decía el cantor callejero. Risas. Unos viejos le tiraban tallas porque el lolito ponía voz marica, se reía y hacia gracias, como los cúmas. El cantor callejero seguía cantando, ahora Puerto Montt, pam pararan pararan pán. Entre los que se subieron en el paradero del metro Vicente Valdés estaba un señor con camisa blanca y lentes oscuros. También se puso a cantar y todos reían, yo reía y nos acercabamos a mi paradero. El interior del bus ya parecía una verdadera tocata, pura diversión. Aplaudian cuando terminaba de cantar el suertudo cantor, coreaban, el viejo de la camisa blanca se las sabía todas. Cantaba, la gente reía y yo tocaba el timbre. Desde abajo seguía mirando el mini show, los rostros felices de esa gente que a pesar de la mierda, los bajos sueldos y las miserias que les toca vivir, ríe. No queda otra.
santiago 28/10/2007
22 pm
2 comentarios:
Yo creo que ahora "la gente" ( como nos gusta decir a los seres humanos cuando no estamos de acuerdo con los otros seres humanos) se alegra de que se suban "Eduardos" a la micro, porque es como recordar a las micros amarillas que no me gustaban.
Pero que al final, daba para decir que dentro de ellas habia una cultura micrera .
No se que escribi, pero lo escribi
erf
Oye niño:
me gusta tu escritura algo desenfadada y apegada las vivencias concretas de tu vida cotidiana.Sobre como reimos las personas a pesar de nuestras miserias es lo que nos salva.Sigue siendo juglar de la calle,lo haces bien.
Saludos
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