Estábamos chicos y yo llegaba tarde al partido. Pasaba por calles y plazas que quizas alguna vez cuando niño caminé y miré, tenía tan latente la hora del partido sin embargo llego tarde, llego con la ropa puesta y los zapatos de fútbol con (es)toperoles bien cómodos, entro por un cambio, eramos chicos (bien chicos) y masco un mitimiti, ingreso por el lado oriente de la cancha al lado izquierdo del arco de nuestro equipo y el Juan (nuestro deté) me dice cosas y dá animos, me palmetea la espalda y me dice que "le meta", sale el niñito que reemplazo, doy un paso dentro de la cancha y la pelota llega rápida a mis pies, no distingo rostros ni miradas, el baloncito en mis patitas talla 38 y corro y corro, unpaseporaqui unpaseporallá, ahora que lo escribo me acuerdo de los super campeones, pero en el sueño ni me acordaba de ellos, sigo corriendo y la pelota gira, avanzamos hasta la porteria contraria (o antagónica como siempre dicen en la tele), me paso a unos pendejos con caremalo, cruzamos la cancha y en el area grande le doy el manso pase gol al Nani, la tóma y la mete altiro y sin dudar, el arquerito de unocuarenta se tira pa impedir que la pelota flaite entre, pero pasa como a un metro y tanto de él, el Nani estaba en el area chica en posición opuesta a la mia y el pase le llegó bacán, jústito para llegar y meterla adentro, celebramos el gol pendejo con euforia y se escuchan esos aplausos de los viejos chichas que miran la pichanga desde la reja y los aplausos de los padres de algunos chiquillos, yo miro a los del otro equipo que están bajo el arco, esos arcos que se veian tan grandes y que apenas alcanzabamos a tocar el travesaño con nuestros súper saltos y nos quedamos ahí celebrando el uno cero. Ahora recuerdo que al partido llegué en bicicleta y la cancha era de tierra.

autocrítica

tengo que admitirlo: mis peos son terrible hediondos.

La visita de Mario Benedetti se produciría en octubre o noviembre, para la Feria Internacional del Libro de Santiago. (la nacion, chile)

un genio

avisos clasificados

compro: un par de zapatillas converse piratas / un discman de mp3 usado / un pedacito de amor no tan gastado / un poleron plomo / algún libro de benedetti / y un par de frugelés.

porque mi país es de esos que es conocido porque tiene moais y una ex reina de belleza casada con un ladrón ex presidente argentino, tambéin un candidato a presidente que es uno de los más millonarios del mundo, además de tener vino y un paísenviasdedesarrolloconunaeconomíaenalza, hace poco leí que en argentina habría un paro de los laburantes del transporte "PORQUE NO VAMOS A PERMITIR QUE NOS TRATEN COMO CHILENOS", dijeron.

El lunes reclamaron y paso ésto:

qué tengan buena semana, dijeron los pacos.

vuelan mariposas
cantan grillos
la piel se me pone negra.

De poner un pie en la pisadera y encaramarse al vuelo cumbiado de la micro. Más bien de entregarse a los tiritones de sus latas decoradas con el barroco picante de los fetiches familiares. Algo así como ponerle ruedas a la mediagua y traficar su estética chillona por los viaductos urbanos.
Casi un museo itinerante del kitsch doméstico que bambolea en el zapatito de guagua colgado en el espejo. Un cristal que perdió su función de vigilar, atiborrado de chiches y encajes nylon que enaguan el azogue de sus bordes. Quizás un marco chantilly para la letra porra de sus calcomanías que rezan beatas "Dios es mi copiloto". Como el pañito tejido a croché que cubre el asiento del chofer, enjugando el sudor ácido de sus verijas obreras.
Una forma de ambientar la travesía popular con el mismo floreado plástico que cubre "la humilde mesa". Sólo que en la micro las rosas plásticas parpadean con luz trashumante. Son guirnaldas pascueras o chispas made in Hong-Kong, que titilan opacadas por el fulgor de los neones en el cielo metropolitano. [...]

lemebélpedro.

"¿y qué? ¿te vas a quedar así? ¿o quieres que te quite los pantalones? Son las tres y diez. ¿Vamos a aprovechar o no el tiempo que nos queda?" Cuando por fin quedé yo tambien en cueros (lo más trabajoso fué desabrocharme los zapatos y quitarme los calcetines), mi erección era tan notoria que si ella no se rió, creo que fué por temor a desalentarme o a que me volviera la timidez, pero me dí cuenta de que sus ojos sí reían.

laborradelcafé

Dos veces a la semana entramos temprano a la U, me estoy acostumbrando a llegar tarde y escuchar que la profe de inglés le diga al curso: Llegó el Gerente, y algunos se rían y otros sigan mirando la pizarra con esa cara de pavos que nadie se las saca. En las noches previas al día que hay que madrugar, tecleo en el celular con pantalla verde las cero-siete-uno-cinco, despierto casi quince minutos más tarde y con una habilidad de borracho. Enciendo la lúz del velador, me levanto, me acuesto, hagó así con las frazadas y pienso: que está riiiiiiiiica la camaa. Me levanto y camino hacia la ventana, corro la cortina y miro si está o no está el sol, también para que ilumine más la habitación. Mientras hago pipí pienso en la suerte que tengo de vivir cerca de una estación de metro y no vivir TAN LEJOS de Toesca, como ellos, que viven en rancagua o tóman el bus en lampa a las nosécuánto de la mañana para llegar sagradamente o un poquito pasado de las 8.45. Aquí mi actividad mañanera se vuelve fome y redundante, salgo a encender el cálifon, tirito y vuelvo a entrar, me encierro en el baño, me empeloto y me resfriego, el ombligo y las orejas, mi sexo y el poto, los brazos y axilas, el pelo y los pies, y así hasta quedar con olor a jabón Dove verano color naranja. Entro a mi Pieza y tiro la toalla al piso, me súbo en ella para no tiritar por el frio de la cerámica y me pongo los calcetines, los calzoncillos, desodorantes en ambos brazos y colonia para el flacuchento cuerpo, el blullín regalón y las poleras con chaleca incluida, al final; las zapatillas. Camino a la cocina y enciendo la tetera, me preparo el té y lo llevo a mi pieza. Con asco masco el pan y trago con mucho té. Leo con cuidado las noticias de la Cooperativa frente al computador, siento el retorcijón que me dá con el té mañanero, hago caca y me lavo los dientes por casi siete minutos, enjuague bucal, tercera vez que hago pipí. Me miro al Espejo, lentes para la miopía, pase escolar, discman, mochila, abro la puerta de la calle, cierro con llave y me voy.

y después de cada pichanga dominguera, el profe y padres de algunos chiquillos nos hacían esas marraquetas con queso amarillo que a esa hora y después de ganar o perder o incluso empatar contra los otros cabros sabían tan tan ricos, sobre todo si era con un poco de cocacola en esos vasos plásticos que suenan así cuando uno los pisa. Estabamos siempre todos los pendejos futbolistas comentando las jugadas, elgól, el pasegól, que la patá del flaco me dolió, quél arbitro no nos cobró esa falta y si la cobra hubieramos ganado y etcétera, ese día me sobaba la rodilla porque un pailón me hizo cuerpo y me mandó a la mierda y la cancha de tierra con pedazos de vidrio era dura y las rodillas me las peló, pero no importaba, cuando eramos pendejos, pocas cosas importaban. Ganamos y nos fuimos todos arriba del auto, siempre apretados, pero riendonos y tirándonos peos.

Como no solamente escribe sino que le gusta pasarse al otro lado y leer lo que escriben los demás, Lucas se sorprende a veces de lo difícil que le resulta entender algunas cosas. No es que sean cuestiones particularmente abstrusas (horrible palabra, piensa Lucas que tiende a sopesarlas en la palma de la mano y familiarizarse o rechazar según el color, el perfume o el tacto), pero de golpe hay como un vidrio sucio entre él y lo que está leyendo, de donde impaciencia, relectura forzada, bronca en puerta y al final gran vuelo de la revista o libro hasta la pared más próxima con caída subsiguiente y húmedo plof.

untalucas/cortazar

no sé.
no sé en dónde quedó un pedacito de imaginación que guardé en el bolsillo del pantalón y subí conmigo al vagon del metro.
no sé cómo lo perdí.
demás que mañana lo encuentro.
demás que mañana ya es hoy porque ya son la una a eme.
y cuando son la una a eme es porque ya es el día siguiente y no el día anterior.
por ejemplo: es la una a eme del viernes.
error.
es la una a eme del sábado.
la madrugada del sábado.
y la noche bien noche del viernes.

¿te puedo dar un beso? sin webeo.

Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos - de la mano o del brazo - tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas.

¿o n o?

PEDRO
No es teatro, CAPITÁN. Estoy muerto. No sabe qué tranquilidad me vino cuando supe que estaba muerto. Por eso ahora no me importa que me apliquen electricidad, o me sumerjan en la mierda, o me tengan de plantón, o me revienten los huevos. No me importa porque estoy muerto y eso da una gran serenidad, y hasta una gran alegría. ¿No ve que estoy contento?

CAPITÁN
Sos el primer muerto que habla como un loro.

PEDRO
Muy bien, CAPITÁN, excelente: se dio cuenta de la contradicción. Se está entrenando para la dialéctica, ¿eh? Estoy muerto y hablo como un loro. ¡Bravo, CAPITÁN! ¿Quién hubiera dicho que iba a llegar a tan brillante conclusión? ¡Bravísimo! Pido que conste en la grabación mi voluntad de aplaudir; no mis aplausos, claro, porque estoy amarrado. (Pausa.) Le debo una explicación. Quiero decir que estoy técnicamente muerto, pero todavía funciono como cuerpo, es decir, hago pichí, me hago caca. No diría que eructo, porque como me matan a hambre, no tengo prácticamente nada para eructar. Ahora bien, digo que estoy técnicamente muerto porque no me van a extraer ni un solo numerito de teléfono, ni siquiera el número de mi camisa, y, en consecuencia, me van a seguir dando y dando. Y este cuerpito frágil ya aguanta poco más, muy poco más. Como usted bien observó, CAPITÁN, no soy un atleta. Y como me van a seguir dando y dando, bueno, por eso estoy muerto, técnicamente muerto. ¿Entendió, CAPITÁN? No sabe qué tranquilidad me vino cuando me di cuenta. Todo cambió. Por ejemplo a usted le tenía odio, y se lo dije, y, en cambio, dado que estoy muerto, ahora le tengo lástima. Siento que por primera vez les saqué una ventaja considerable. casi diría inconmensurable.

[...] Entonces agregaba: "¿y soñas a veces?". "Si, sueño a menudo." "¿Y en los sueños, ves?." "Bueno, no sé si veo o creo que veo." "¿Y soñás en colores?." "No siempre, pero en alguna ocasión. Lo que ocurre es que cuando despierto, tengo conciencia de que soñé con colores, pero no te sabría decir cual es el rojo, el amarillo o el verde. Además, no siempre sueño que veo o creo que veo. Lo más frecuente es que intervengan en mis sueños los sentidos que aún poseo. O sea, sueño que palpo cosas, saboreo cosas, oigo cosas, huelo cosas."

una niña me dijo que levantándose temprano aprovecha más los días.

le voy a copiar, porque soy el más copión de los copiones.

anoche leía alguna carta de una niña que una vez me quíso, fué impresa en un papel carta, con tinta de impresora hogareña y con múcha faltadeortografía, claro que el soporte y el medio no es importante si no la frase o pregúnta que ella me hizo y que ahora copiaré acá: ¿algúna vez hai tenido alguna mina que esté tan enamorada de tí?.
Hace días que no me ponía a pensar en esa cosita que le dicen amor y ahora recuerdo que se sentía tan bacán estar con ella, salir a caminar a cualquierparte y contarnos cositas, historias o simplemente ver como se devolvía a su casa cuando nos habíamos dado esos besos que se llaman besosdedespedida, aunque haya durado un par de semanitas y el amor se haya acabado altiro, pero el otro día leía cierta entrevista a lemebel que decía que el amor era eso, un milagro, algo fugáz... y tiene toda la razón sólo que ahora quiero que sea un poquíto menos fugáz.
Me pongo a pensar, y a veces es comparable el amor con una voladíta de marihuana. Dúran lo mismo. Jajajá.

Siempre golpea mi puerta yo abro y se esconde.

¿qué es Lo Nuestro? Por ahora, al menos es una especie de complicidad frente a los otros, un encuentro compartido, un pacto unilateral. Naturalmente no es una aventura, ni un programa ni - menos que menos - un noviazgo, pero es más que una amistad. Lo peor (¿o lo mejor?) es que ella se encuentra muy cómoda en esta indefinición.-

latregua/mariobenedetti

me gustaría ser un nido si fueras un pajarito
me gustaría ser una bufanda si fueras un cuello y tuvieras frío
si fueras música yo sería un oído
si fueras agua yo sería un vaso
si fueras luz yo sería un ojo
si fueras pie yo sería un calcetín
si fueras el mar yo sería una playa
y si fueras todavía el mar yo sería un pez
y nadaría por ti
y si fueras el mar yo sería sal
y si yo fuera sal
tú serías una lechuga
una palta o al menos un huevo frito
y si tú fueras un huevo frito
yo sería un pedazo de pan
y si yo fuera un pedazo de pan
tú serías mantequilla o mermelada
y si tú fueras mermelada
yo sería el durazno de la mermelada
y si yo fuera un durazno
tú serías un árbol
y si tú fueras un árbol
yo sería tu savia y correría
por tus brazos como sangre
y si yo fuera sangre
viviría en tu corazón.

claudio bertoni / para una joven amiga que intentó quitarse la vida

a nadie le gusta confesarlo, cuando no se trabaja uno termina por aburrirse un poco, al menos alguien como yo.

– Será porque este enredo no es precisamente una fiesta.
– Cuando decís enredo, ¿te referís a lo nuestro?
– Sí, ¿a qué va a ser?
– Yo no lo veo como un enredo.
– ¿Ah, no? Pero es.
– ¿Estás arrepentido?
– No. Pero no es una fiesta.
– Ya lo habías dicho. Tampoco lo de ellos es una fiesta.
– ¿Lo de Claudia y Ángel? Tampoco. Pero al menos es transparente. Un dolor transparente. Un amor transparente.
– A diferencia del nuestro, que es opaco.