veintinueve de enero

a las dos con quince de la mañana me siento frente a mi computador y escribo que estos veinte años llegan como un vientesillo con siesta sin espasmos ni alevosía y mañana o sea hoy pero más tarde me dedicaré a ser tan limpiador como de costumbre y sacaré las inmundicias de otros de las salas de cine y contemplaré mi cumpleaños desde encima de las butacas con mi vista hacia la gente y me enamoraré de sus gestos o de sus expresiones cuando la pelicula está buena o cuando se rien o simplemente escuchar el tímido y patético aplauso que sueltan al terminar la pelicula afortunadamente pocos saben que día es y quién cumple años porque no me gustan esas frases cliché que nos salen porque no tenemos nada que decir y que tan obvias suenan que me saben a escupitajos que tiro al suelo cuando los mocos no me los puedo tragar no sé porqué me he puesto sereno y programo teclas para tratar de explicarme y conocerme

yo camilo cornejo compatriota

llego a mis primeros veinte vagones con mis utopías y temores

pensando que se está alejando esta estropeada inocencia

que los cumplas muy felíz