29.10.07
22 pm
27.10.07
(…)
En tiempos tan desgarradores no se puede escribir suavemente. Sin delicadezas a nuestro alrededor, imposible fabricar textos exquisitos. Escribo para pinchar un poco y obligar a otros a oler la mierda. Hay que bajar el hocico al piso y oler la mierda. Así aterrorizo a los cobardes y jodo a los que gustan de amordazar a quienes podemos hablar".
21.10.07
y latinoamericanos
se tomaron de las manos
matatiretirundín.
En este hermoso jardín
a momios y dinosaurios
los jóvenes revolucionaurios
han dicho basta por fin.
¡Basta!
Que viene el guanaco
y detrás los pacos
la bomba adelante
la paralizante
también la purgante,
y la hilarante.
¡Ay qué son cargantes
estos vigilantes!
El joven secundario
y el universitario,
con el joven proletario,
quieren revolución.
En la Universidad
se lucha por la reforma
para poner en la horma
al beato y al nacional.
Somos los reformistas,
los revolucionarios,
los antiimperialistas,
de la Universidad.
20.10.07
Bueno, me voy. Masturbarse uno mismo es igual que bailar solo: primero estás alegre y funciona, pero después te das cuenta de que eres un imbécil. ¿Qué hago aquí desnudo frente al espejo pajeándome? Me visto y me voy. Me pongo ropa sucia, sudada. Hoy estoy asqueroso, definitivamente. Bajo las escaleras y me encuentro con los bobos llorando, en el quinto piso. Son jóvenes, pero bobos, mongólicos, o locos, zanacos, no sé, algo así, subnormales, fronterizos. Llevan años juntos. Apestan a suciedad. Se cagan a escondidas en la escalera. Mean en todos los rincones. A veces andan en cueros en la casa y se asoman a la puerta. Escandalizan, se babean. Ahora ella está sentada en un escalón, llorando a grito pelado. Se le va el mundo en las lágrimas y le dice al tipo: «Yo te quiero mucho, pero así no puedo. Yo te quiero mucho, pero así no puedo. Yo te quiero mucho. ¡Ayyy, tito! ¡Ayyy! Yo te quiero mucho, pero así no puedo.» Él encendió un cigarro, se hizo a un lado para dejarme pasar, y le dijo: «Yo sé que tú me quieres, chinita, yo sé que tú me quieres, chinita.» Y el tipo comienza a sollozar también. [...]
14.10.07
La cuesta para llegar a lagunaverde es muy alta, menos mal que a la micro que en realidad se llama liebre no le complicaba. la vista, incluso desde la carretera es hermosa. la vista desde el lugar que estabamos, mucho más. El día nos acompañó, el sol estaba bien amarillo, como en los dibujos de cuarto básico, el mar bien celeste y nosotros bien felices.
Nicol, no te gusta que te den las gracias, o no sé si te guste o no, sin embargo nunca queda demás un agradecimiento sincero, del alma, por la buena onda, la comprensión, la sinceridad y tu honesta personalidad que me hacen quererte mucho, aunque el amor no sea medible.
Para la próxima vez que vayamos a lagunaverde, quizás con compañia y por más tiempo, tocamos el agua y nos bañamos sin caprichos, si y sólo si encontramos el camino que nos dé con el mar, jajajajá.
Le doy las gracias los buses pullman porque en el camino de vuelta a la capital el aire acondicionado me dejó los pies bien calientes y no pasé frio mientras descansaba, tambien le agradezco al señor que iba en la camioneta y apenas nos vió que ibamos cansados caminando hacia "donde popeye" nos gritó: chascón! , y nos invito a subirnos detrás de su camioneta para ahorrarnos camino. También gracias al chofer de la micro, que por esas casualidades de la vida tomámos su bus de ida y de vuelta jajajajjaja´.
Y para terminar éste texto tan desordenado, hoy con la nicol concluimos que los chilenos somos muy giles porque usamos expresiones raras, por ejemplo, para decir que estamos muy cansados o chatos o "no querer más" decimos: estoy pal hoyo. Y cuando queremos expresar mayor alegria por una situación o cosa decimos: es la raja. Es decir, sinonimo chileno del poto para expresar que algo es pal hoyo o es la raja. Podría contarle ésto a un gringo a ver qué me dice, si para ellos todo es Ass o no Ass.
una foto de la nicol que se cree el jesucristo que está en brasil, en alguna ciudad
11.10.07
Cerca vive Margarita. Hacía tiempo que no nos veíamos. Cuando llegué estaba lavando y sudaba. Se alegró y fue a bañarse. Éramos novios furtivos -no me hagan caso, de algún modo tengo que decirlo- hacía casi veinte años y cuando nos vemos primero templamos y después conversamos muy relajados. Así que no la dejé bañarse. Le quité la ropa y le pasé la lengua por todas partes. Ella hizo lo mismo: me quitó la ropa y me pasó la lengua por todas partes. Yo también estaba muy sudado de tanta bicicleta y tanto sol. Se estaba reponiendo y engordaba. Ya no estaba demacrada. De nuevo tenía las nalgas duras, redondas y sólidas a pesar de sus cuarenta y seis años. Los negros son así. Llenos de fibras, y músculos, con muy poca grasa, y una piel limpia, sin granos. Oh, no resistí la tentación y, después de un buen rato jugando con ella, ya había tenido tres orgasmos, se la metí por el culo. Muy despacio, bien mojada con los líquidos de su vagina. Poco a poco. Metiendo y sacando y masturbándole el clítoris con mi mano. Ella rabiaba de dolor, pero me pedía más y más. Mordía la almohada, pero retrocedía el culo y me pedía que se la metiera hasta el tronco. Es fabulosa esa mujer. Ninguna disfruta más que ella. Así estuvimos unidos mucho rato. Cuando se la saqué estaba embarrada de mierda, y ella se asqueó. Yo no. Yo tenía el cínico alerta, nunca dormía. Es que el sexo no es para gente escrupulosa. El sexo es un intercambio de líquidos, de fluidos, saliva, aliento y olores fuertes, orina, semen, mierda, sudor, microbios, bacterias. O no es. Si sólo es ternura y espiritualidad etérea entonces se queda en una parodia estéril de lo que pudo ser. Nada. Nos dimos una ducha y quedamos listos para un café y para conversar un rato. Ella quería que la acompañara a El Rincón. Tenía que cumplir una promesa a San Lázaro y me pedía que la acompañara al día siguiente. En realidad me lo pidió con tanto cariño que acepté. Eso es lo maravilloso de la mujer cubana -debe haber muchas otras igual, tal vez en América, en Asia- es tan cariñosa que nunca puedes decir no cuando te piden algo. No es así con las europeas. Las europeas son tan secas que te dan todas las posibilidades para decirles ¡NO! Y quedarte a gusto.
Después regresé a casa. Ya la tarde estaba refrescando. Tenía hambre. Claro, sólo tenía un té, una tajada de melón y un café en el estómago. En la casa me comí un pedazo de pan con otro té. Ya me estaba acostumbrando a muchas cosas nuevas en mi vida. Me estaba acostumbrando a la miseria. A tomarlo todo como viniera. Me entrenaba en abandonar el rigor, o no sobreviviría. Siempre viví carente de algo. Desasosegado, queriendo todo a la vez, luchando rigurosamente por algo más. Estaba aprendiendo a no tenerlo todo a la vez. A vivir casi sin nada. De lo contrario seguiría con mi visión trágica de la vida. Por eso ahora la miseria no me hacía mucho daño.
Entonces me llamó Luisa. Venía a estar conmigo el fin de semana. Y Luisa es una mujer adorable. Tal vez demasiado joven para mí. Pero no importa. Nada importa. Empezó a llover y a tronar, con un viento de ciclón y una humedad terrible. Es así en el Caribe. Hay sol y de pronto empieza el aire y la lluvia y uno está en medio del huracán. Me hacía falta un poco de ron, pero no había forma de conseguirlo. Yo tenía algún dinero pero no había nada que comprar. Me acosté a dormir. Estaba sudado y las sábanas sucias, pero me gusta mi olor a sudor y suciedad. Me excita olerme a mí mismo. Y Luisa estaba al llegar. Creo que me quedé dormido. Si el viento arreciaba más y arrancaba las planchas de fibrocemento del techo me daba igual. Nada importa.
COSAS NUEVAS EN MI VIDA
de un libro que un dia me mostró mi amigo
olate que lo quiero caleta porque es buena gente y chistoso
se llama "trilogía sucia de la habana"
de pedro juan gutierrez
y que hoy saqué de las bibliotecas del metro urbano
8.10.07
Llegé a mi casa y me puse a buscar la etimología de la palabra piti y no apareció casi nada relevante solo que en la pagina de la cuarta el profesor campusano hace una referencia en la ficha pop donde explica que "Desde hace años en Chile se les dice "piticiegos" a las personas que usan lentes ópticos o a quienes tienen dificultades a la visión, pero lentamente del término piticiego" se pasó a la forma acortada "piti". Hoy, con los lentes de contacto, "los pitis" parece que fueran menos". Yo creía que Piti venía de alguna palabra gringa (Pity) porque típico que mucho de nuestros "chilenismos" son palabras yankis adecuadas a nuestro indigena lenguaje, pero Pity sólo significa piedad o compasión, así que nada que ver con tener miopia. Sin embargo los franceses usan una palabra parecida para decir pequeño lo que podría relacionarse con tener una corta visión, literalmente pasaria a ser pequeña vision porque para decir pequeño los franchutes dicen Petit y como nosotros hablamos super hiper bacán y terminamos las eses y todas esas vainas, la palabra petit evoluciona a piti y así le decimos a los huevones que tienen que usar lente para mirar las micros o leer el diario. Pero la cosa no termina acá, según el google los mapuches ocupan la palabra Piti para referirse a lo mismo. Petit y piti significa pequeño en franchute y mapuche, aunque no he encontrado un diccionario mapudungún donde defina la palabra PITI para usar una fuente más confiable pero dá igual, porque sabiendo o no sigo siendo entero piti.
la canción lentes de allende la lleva loco!
7.10.07
Entrevista a Manuel Garcia en el programa Collage de Via X
Subida a youtube por camilo cornejo.
6.10.07
carta a la dulce juventud
A ti, mi querida polilla de farol, mi carreteada zapatilla cesante. A la verde juventud universitaria, que escribe su testimonio con la llamarada de una molotov que tisa de rabia el cemento. A los encapuchados del Arcis, de la Chile, de tantas aulas tomadas en la justa demanda de querer estudiar sin trabas económicas, sin la monserga odiosa del crédito, del recargo, de la deuda y el pago. Como si no bastara con quemarte las pestañas dándole al estudio los mejores años de tu vida, para después titularte de neurótico vagoneta. Como si no bastara tu dedicación, tu sincera dedicación, cuando te humea el mate toda la noche, hasta la madrugada leyendo, dejando de lado ese carrete bacán que chispearía de pasión tu noche de fiesta. Tu gran noche, pendejo, donde chorrearían las cervezas y un aire mariguano pintaría de azul el vaho de la música. Como si no bastara con todas las negaciones que te dio la vida, cuando postulaste a esa universidad privada y el «tanto tienes, tanto vales» del mercado académico te dijo: «Tú no eres de aquí, Conchalí, —No te alcanza, Barrancas, —A otro carrusel, Pudahuel, — A La U. del Estado, Lo Prado.»
Así no más, mi bella chica artesa que ya se las vivió todas de un trago, y en ese salud el futuro se derramó de golpe. Vino el embarazo y la bronca de tu viejo preguntándote de quién era el crío. Y qué te ibas a acordar si esa noche en la disco todos los locos tenían la misma cara de fiebre. La única que no te dijo nada fue tu vieja, quien te brindó su apoyo, valioso, pero inútil a la hora de pagar quinientas lucas por el aborto. Y ahí está el niño ahora, y tú lo amas como a nadie, y qué culpa tiene él, y qué culpa tienes tú también de abandonar tus sueños de progreso, de realización profesional a cambio de este papel de niña-madre. Adiós, mi chiquilla, a ese porvenir, que tan temprano canceló tus ilusiones gota a gota con la urgencia parturienta. Y, al final, como tantas chicas de la población, te ves hojeando el diario, buscando pega en un topless, en los cafés para varones, o en las casas de masajes que abundan en la oferta laboral de la prostituída demanda. Y eso fue todo, allí se acabó el cuento de la dulce princesita descarriada.
A tantos pendejuelos rockeros, raperos, metaleros, hip-hoperos, que despliegan su estéti ca bastarda coloreando esta urbe infame con su melenada tornasol. A ellos, por su espectáculo de vida impertinente. Por sus desvíos, por sus tocatas donde el minuto bullanguero de eléctrico rocanroll, también equivale a un minuto de silencio. Por ese silencio, cuando llegas a tu casa, pateando piedras», «puteando piedras», porque lo único que te espera es la tele prendida cacareando su mentira oficial. Para ti, mi Johny Caucamán, mi Matías Quilaleo, mi Rodrigo Lafquén; bellos ejemplares de la raza mapuche que en Santiago rapean su guillatún-tecno. Por esa fiereza de indio punky, pelo tieso. Por su indomable juventud, que desde acá, apoyan con el corazón encendido las movilizaciones de Ralco, el Biobío, y putean en mapudungun chicano por sus hermanos presos.
Para usted, joven barrista, que escucha desconfiado el palabreo de esta prédica. Tal vez para reforzar la sospecha de su espíritu futbolero que se expresa clandestino en los códigos del graffiti, del espray en mano, de la letra puntuda narrando en las paredes la flecha anarca de su descontento. Quisiera prometerle que la ciudad sería una pizarra para usted solo, y que en sus paredes, usted podría expresar libre esa gramática lunfarda que lo apasiona. Quisiera decirle que nunca más la bota policial limpiará su mierda de «orden y patria» en sus nalgas rebeldes. Podría ofrecerle tantas cosas, tantas esperanzas que muchos guardamos con impotencia en el lado zurdo del amor. Pero usted sabe más que yo de las promesas incumplidas, del apaleo de la repre, y del canto frustrado de su esquina pastabasera, de su cancha de fútbol y las tardes tristes, ociosas, peloteando. Usted lo vivió, lo supo o le contaron lo que ocurrió en su paisito. Por eso, usted sabe mejor que nadie que el sermón monaguillo de la derecha fue y será para el Chile pobre un epitafio de tumba.
No le ofrezco el cielo, porque sé que los ángeles le aburren. Tampoco un carrete interminable, porque el bolsillo roto de la izquierda no da para tanto. Tal vez, en esta carta, podamos imaginar un sitio digno donde respirar libertad, justicia y oportunidades sin besarle el culo a nadie. Quizás, soñar otro país, donde el reclutamiento sea voluntario, y usted no se sienta menos patriota por negarse a empuñar la criminalidad de esas armas. Sería un bello país, ¿no cree? Un largo país, como un gran pañuelo de alba cordillera para enjugarle al ayer la impunidad de sus lágrimas. Un hermoso país, como una inmensa sábana de sexo tierno que también sirva para secarle a usted su sudor de mochilero patiperro. ¿Qué me dice? Nos embarcamos en el sueño.
p.lemebél
5.10.07
en Chile lo llaman: ex general, dios, salvador del mundo.
una mierda nuestra prensa.
Esta mujer.
Debo creer que debe haber un sol en ella,
Debo creer que debe haber adentro de ella,
Si esta mujer no quiere ser esta canción
esta mujer,
se puede ir diciendo no frente a mi amor,
se puede ir y maldecirme con su voz
Y aunque su historia es flor común
entre otras páginas abiertas,
el transeúnte que pasó
leyó la historia incompleta
Pero el sol es como un pájaro
de oro que ha soñado un resplandor,
los hijos del cielo y de su sangre
tienen celeste la voz.
Todas las mañanas desperté sobresaltado,
pues soñaba
pájaros de oro y yo desnudo
vuelto a la ventana.
Si esta mujer no quiere ser esta canción
esta mujer,
se puede ir diciendo no frente a mi amor
se puede ir y maldecirme con su voz.
Cuando era niño descubrí
miles de cosas tan curiosas:
arañas, piedras y también
que el sol a veces se equivoca.
3.10.07
¿qué es lo que quiere esa nena?
¿quien dijo que se acabó? la fiesta ahora empezó
fuego fuego llamen a los bomberos
fuego fuego llamen a los bomberos
sigue asi con el general poniendo todo el mundo a gozaram
esta fiesta no se puede acabaram
porque ahora empezó de verdad
fuego fuego llamen a los bomberos
fuego fuego llamen a los bomberos
está calor no se puede saciaram
si no mami tenes que bailaram
es lo unico que puede pararam
los bomberos no te pueden ayudaram
el general no te puede ayudaram
si en si no te puede ayudaram
lo unico mami que te va a ayudaram
es pararte y ponerte a bailar
baila baila con el general
baila baila con el general
baila baila con si encima
el artista bacán