Este post tenía que haber sido escrito anoche, pero no lo hice y no porque no quería, pero bueno, acá estan mis dedos recordando cuando estuve en las nubes (o sea, ayer) pero ahora acá, de vuelta en la tierra.
Es inevitablemente inevitable acercarme a las calles que tantas veces caminamos juntos y no sentir nervios y esa cosita en la guata o simplemente ansias de mirarla y escucharla y quizás sentir mi tacto en el suyo.
Digamos que ayer estuve ''todo el día'' en su casa, todo el día que puedo estar con Ella, por que las noches y las mañanas no las conocemos juntos.
Llegué y menos mal que estaba la tía (madre de Ella) y los dos hermanos, intentando sacar unos pinos del frontis de la casa, me hizo pasar (la tía) y en el living, la esperé, como quien espera a su cenicienta descender de las escaleras, ahí estaba yo, sacandome la mochila, desconectandome de mis audifonos y guardandolos dentro del bolso, cuando sentí el sonido de sus pasitos bajar por cada escalón. Ya me titiraba la voz.
Estaba tan linda, realmente linda, especialmente linda, exclusivamente linda, únicamente linda., su pelo, sus ojos....toda Ella.
Le diria al blog todo lo que hice con Ella...pero el tiempo y las cosas que ''hay que hacer'' pronto, me reducen el proyecto.
Ayudé a sacar el pino del frontis, con chuzo y barro mientras Ella leseaba con su hermanito, en resumen, lo pudimos sacar.
Almozarmos juntos, o mejor dicho, yo con su familia exceptuando el papá.
Me comí todo (el hambre no la aguantaba!)
Nuestra cita era exclusivamente para mirar juntos el dvd de The Shinning, pero yo tonto, olvidé guardarlo en la mochila, o sea, que no hubo Resplandor pero sí habia guardado otras peliculas para ''por si las moscas'', hubo El Marido de la Peluquera, y la Chica del Puente, ambas francesas y ambas frente al computador, pero más solitos y secretos tendidos ahí, mientras mis ganas por abrazarla crecían y crecían y crecían...
Pero ella accedió y su mano fué mia.
Me estoy dando cuenta que ésto no era lo que quería escribir, pero bueeh, así lo dicen mis dedos.
Al final, y como siempre, La despedida, conversamos un poco, porque en realidad, estuvimos todo el día juntos, pero fué poco lo que realmente conversamos, comentamos cosas sí, pero conversar conversar, No. Me contó que la mamá y que mi mamá tambien y yo ya me tenía que ir, como odio las despedidas cuando siento que el tiempo se nos pasa volando!!!.
Apenas vimos la luz del colectivo nos comenzamos a despedir, un abrazo apretado, un beso y casi una decena de tequieromucho.
Y llegué a casa.
Felíz.
De.
Sentirla.
Con olor a mote con huesillos salió este post. pero a quien no le gusta el mote con huesillos ah? ah?
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