La busqué y lo ha visto todo o casi todo. Yo me he visto a mí, no me estoy jactando, ella me ha llamado tocándome el hombro, pero no me ha visto a mí, pero no me ha visto a mí. Toca y cuando yo volteo mi rostro enrizado se queda pegado de un pensamiento de algún objeto o de algún momento. Y ella no me ha visto a mí, Y ella no me ha visto a mí. La busqué, ella ama meterse en las otras maletas de los viajeros, no se interesa por mi maleta, porque ahí no hay nada, un vacío existencial lleno de arañas, un vacío existencial. Y yo bailando con su exoesqueleto creyendo que eso era real, pero no era, eran solo huesos, sólo huesos de cristal, sólo huesos de cristal. Y ella bailando con otros amantes libélula o mantis, ae olvida que antes llamaba a mi puerta sin tener respuesta. Y no me estoy quejando, no, no, no, no, no sólo digo que era lúz, no la estoy pelando no, no, no, no, no, sólo digo que era lúz.