12.9.10

el doce de septiembre

Porfín el auto se detuvo. Lo primero que hice fue enderezar el vehiculo, mientras veía que 3 autos estaban detenidos y con sus luces intermitentes encendidas por mi culpa, y que por la primera pista se acercaba lento una troncal de Transantiago. Puse primera, inicie la marcha y sentía correr la sangre por mis mejillas, me tiritaba el cuerpo y las manos, sudaba y pasaba el cambio de forma insegura. A la vez pensaba en decenas de cosas: "Podría haber muerto", "no me pasó nada","conchetumare, de la que me salvé", etc. Luego de avanzar cerca de 500 metros, entré a una calle sin autos, detuve el vehiculo, me bajé, revisé si tenía alguna evidencia de lo que habíamos vivido: Nada, y llamé a mi polola para contarle lo que pasó. Aún tiritaba, la voz me salía a empujones, necesitaba contarle y desahogarme. Le conté todo y la censuré para no generar sospechas de mi imprudencia y que ella exclamara por mi ineptitud al volante frente a su familia. Después, inicié nuevamente el rumbo y aún no creía en lo que hace unos minutos había ocurrido.